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José Manuel Valenzuela presentó su libro “Corridos tumbados” en Sándor Márai Librería
El escritor José Manuel Valenzuela Arce presentó su más reciente libro Corridos tumbados, en el marco del primer aniversario de la inauguración-clausura de Sándor Márai Librería, en la ciudad de Chihuahua.
- “Los corridos tumbados representan la conciencia social incómoda”, dijo durante la presentación en el foro-café Los Rebeldes.
- “Yo no soy musicólogo, yo no trabajo la música por la música, sino los usos sociales de la música, qué es lo que está detrás de este tipo de fenómenos”.
- “Porque no nacen niños sicarios, pero tenemos un entramado social productor de violencia y muerte, que es parte de lo que subyace a los corridos tumbados”.
- “¿Prohibir o no prohibir? Yo diría: Prohibir no sirve de nada. Todas las músicas que fueron prohibidas no ayudaron en nada, lo único que hace es despertar tentaciones autoritarias muy fuertes”.
- “¿Por qué (la prohibición de) los corridos? Porque sigue habiendo, dentro de ciertos sectores sociales, una perspectiva que piensa a los sectores populares como menores de edad incapaces, irreflexibles”.
La presentación, el jueves 25 de enero de 2024, estuvo a cargo de Paola Juárez, historiadora y docente de la UACH, con la moderación de Javier Corral, Director de la Librería.
- También se presentó Cuchumá. La montaña sagrada de Tecate, publicado por El Colegio de la Frontera Norte y Gedisa, una obra escrita por Valenzuela Arce y su hijo, Pável Valenzuela Arámburo.
- Cuchumá fue presentado por Víctor Ortega León, quien desde 2019 forma parte del cuerpo de investigadores del Centro INAH en Chihuahua.
José Manuel Valenzuela Arce ganó el Premio Nacional de Artes y Literatura 2023 en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.
- Es quien más ha documentado el fenómeno de la narcocultura en México, a partir de la industria de la música y el impacto de la violencia entre los jóvenes.
- En 2002 publicó Jefe de jefes. Corridos y narcocultura en México, en el sello Plaza y Janés, libro con el cual había obtenido el Premio de Musicología Casa de las Américas un año antes y es una referencia obligada en el tema.
- Es Doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México, cofundador de El Colegio de la Frontera Norte en 1982 y autor de 15 libros, además de coordinar 15 obras y publicar casi 100 capítulos en diferentes libros.
- En 2005 obtuvo la prestigiada Beca Guggenheim, que otorga la John Guggenheim Memorial Foundation en Estados Unidos.
Corridos tumbados. Para dar contexto al contenido de la obra, publicada por Ned Ediciones, José Manuel Valenzuela Arce recurrió a la la figura del pachuco, “el primer gran fenómeno juvenil transfronterizo”, una forma cultural en la que “había profundos procesos de resistencia social”.
- Citó una frase de Salvador Novo: “Cantinflas representa la inconciencia del mexicano, mientras que Tin Tan representa su incómoda conciencia”.
- “Creo que los corridos tumbados representan la incómoda conciencia social que está atravesando fenómenos muy profundos y que encuentra distintas salidas y que, esto ha sido así a lo largo de la historia”.
- “La Iglesia prohibió sones, rumbas, gatos, jaranas y guarachas, porque decían que era propiciadores de las más animalescas actitudes, afortunadamente nuestros pueblos fueron más sabios”.
- “El tango, la rumba, el danzón, fueron ritmos prohibidos, fueron ritmos populares que fueron prohibidos, y después vino el rock y después vinieron muchas otras expresiones”.
- “Con lo que quiero decir aquí, es que, cuando vemos este tipo de manifestaciones, que como en mi caso, que yo no soy musicólogo, yo no trabajo la música por la música, sino los usos sociales de la música, qué es lo que está detrás de este tipo de fenómenos”.
- “Y lo que encontramos cuando vemos este tipo de expresiones, son varios ejes interpretativos”.
- “El primero de ellos tiene que ver con que este tipo de manifestaciones se inscriben dentro de aquello que Pierre Bourdieu definió como la distinción”.
- “Se construyen criterios de distinción frente a eso que no es música, que no es nada, que quién sabe por qué este tipo de personajes, por qué tienen ese éxito, y frente a lo que son gran parte de las buenas conciencias, que no se quieren hacer cargo de lo que estamos viviendo”.
- “Porque no nacen niños sicarios, pero tenemos un entramado social productor de violencia y muerte, que es parte de lo que subyace a los corridos tumbados. Podemos querer intentar no verlo, pero están ahí”.
Breve historia: El autor ofreció una historia de los origenes del corrido y cómo a partir del género puede hacerse una historia social de las distintas etapas de la vida nacional, desde la invasión a México por Estados Unidos, pasando por la Revolución, la migración, el contrabando de alcohol y de drogas.
- “Es un corrido que se inscribe en una larga tradición, que es la tradición del corrido, esta tradición de un pueblo iletrado que no sabía leer y escribir, pero que podía contar cantando sus historias, sus agravios, sus sueños, su crítica al poder”.
- “Antes habían estado los de los transgresores de la ley, los bandoleros sociales, los héroes populares, que también la gente los veía así: por qué cantarle a esos transgresores, si son los delincuentes, así los veían”.
- “Después el narcotráfico fue creciendo en nuestra sociedad, y ya en los 70, Los Tigres del Norte se encargan de recrear y dar un interpretación de algo que está ocurriendo y que preocupa la sociedad, a través de lo que serían estos corridos, digamos metafóricos: Contrabando y traición, La banda del carro rojo, y muchos otros”.
- “Los Tigres siguen todavía hablando de esta manera metafórica, pero hacen evidente la complicidad del poder al más alto nivel con los narcotraficantes: Los Pinos me dan su sombra, mi rancho pacas de aquí a kilo”.
- “Y Los Tigres, analicen sus canciones, van dando códigos de interpretación de lo que estábamos viviendo después, en los 90, el narco ya es mucho, se ha desplegado su fuerza y aparecen los famosos corridos perrones que tienen a Los Tucanes de Tijuana, como principales exponentes, donde ya se habla de los narcotraficantes”.
- “Pero los corridos no inventaron ningún narcotraficante, ya estaban instalados en los diarios, ya estaban instalados en las conversaciones, de los barrios, de la gente y después llegamos a los corridos ondeados, enfermos o alterados, con Twins Enterprises, los hermanos Valenzuela, ya con letra sumamente chacalosas, diría, con el Komander, los Buchones de Culiacán”.
La precarización: Después, narra Valenzuela Arce, “ya estamos instalados en un baño de muerte, ya estábamos instalados en lo que fue una supuesta guerra contra el crimen organizado, que lo único que hizo fue ponernos un sitio a nuestros espacios de libertad y desplegar profundamente el dolor la violencia y la muerte a lo largo del país”.
- “Dentro de eso se da la famosa década perdida que tiene que ver con la expropiación de la esperanza de millones de jóvenes, que se les obliteran las condiciones para generar proyectos viables de vida”.
- “De repente son jóvenes que no están dispuestos a trabajar 10 horas diarias por 60 años para no salir de la pobreza y de repente encuentran estos resquicios, en lo que es este narcomundo”.
Deber ético: “Nuestra responsabilidad, yo digo ética, académica y política, es escudriñar esos entramados para evitar que eso ocurra”, expone el autor.
- “Y cuando encontramos este tipo de narrativas que nos están alertando sobre lo que está ocurriendo con códigos, que no son corridos distintos a los códigos del neoliberalismo, lo que ellos hacen es llevar al límite estas formas de exaltación del consumo de la sustitución del ser por el tener”.
- “Esta idea del consumismo extremo como forma de realización y de éxito en la vida, y lo llevan con los mismos códigos, vulnerándolos, pasando por encima de mucha gente, como lo han venido haciendo en este, digamos, cruel incremento de la desigualdad social en el mundo”.
- “Hay que hacer una mirada, decir qué es lo que está pasando, porque hay una realidad muy doliente detrás de toda esta banalización recreada a través de estos corridos”.
- “Pero si somos suficientemente sensibles, podemos entender que está por un lado esta tradición del corrido, que sigue haciendo lo mismo que siempre ha hecho y que cuenta algo que está ocurriendo”.
- “Ese es el primer elemento, que hay una deconstrucción a partir de las matrices culturales, de los sentidos de vida, de las experiencias de las personas que escuchan esto”.
“¿Prohibir o no prohibir?” Se pregunta el autor de Corridos tumbados. “Yo diría, prohibir no sirve de nada”.
- “Todas las músicas que fueron prohibidas no ayudaron en nada, lo único que hace es despertar tentaciones autoritarias muy fuertes, y donde por un lado se olvida que el que la gente que recibe un mensaje, pues no lo no lo capta tal cual como si fueran zombies o Bob Esponja”.
- “Ah, sí, corrido, narcotráfico, hoy consumo, no esto no ocurre así. Es tan ilusorio como pensar, que si no hubiera habido corrido no hubiera habido Revolución”.
- “A mí me gusta así mucho decir siempre: es como pensar que si prohibimos a José Alfredo Jiménez disminuye el el consumo etílico de la población, mexicana o que si prohibimos a Paquita la del Barrio mejoran las relaciones de pareja”.
- “El tema importante de la prohibición y la condición autoritaria que está detrás es un tobogán”, desde que fueron prohibidos en la década de los 80 por la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión, donde no se tocan.
- “¿Por qué los corridos? Porque sigue habiendo, dentro de ciertos sectores sociales, una perspectiva que piensa a los sectores populares como menores de edad incapaces, irreflexibles”.
- “Yo creo que hay que revisar muchas cosas, pero sobre todo entender que por ahí no, no va a funcionar el tema de la prohibición, y que, en todo caso tenemos que, más bien, repensar, cómo juntos podemos construir mejores escenarios de vida, mejores horizontes”.